Lo que se espera de ellas






A ella siempre le habían dicho que las niñas no hablaban si no se les preguntaba, que tenían que ir bien vestidas, pero no llamativas, que tenían que ser dulces y cariñosas, que nunca debían mostrar que estaban enfadadas, que tener hijos y un marido que las cuidara era su objetivo más preciado.

 

También le decían, que no importaba demasiado que no estudiaran porque total, con los hijos, no iban a poder desarrollar una profesión. Lo mejor era que se conformarán con un trabajo sencillo para completar el sueldo del marido; y jamás de los jamases, brillar más que él en el ámbito laboral ni en ningún otro.

 

Siempre escuchó, que si le preguntaban si quería o necesitaba algo, la respuesta correcta era invariablemente- no gracias- con una sonrisa y bajando la mirada.

 

Que era mejor que sus juegos fueran tranquilos, preferentemente con muñecas. Los deportes y los juegos de construcción eran para los niños. 

 

La lectura, bueno si, no estaba mal que leyeran, pero siempre que fueran lecturas románticas con finales felices. Por supuesto los libros de aventuras o más complicados,  eran siempre para los niños. 

 

Que era muy importante conseguir que los demás la vieran guapa. Si tenía la mala suerte de no serlo, como era su caso, entonces tenía que llegar a serlo utilizando distintos métodos: control del peso con dietas draconianas, depilaciones dolorosas y frecuentes, peluquerías insufribles… incluso no quedaba descartado, en el caso de ser necesario, alguna operación estética. Era imperdonable desde todos los puntos de vista, que una mujer no consiguiera ser atractiva.

 

Se enteró, que se decía, que las mujeres cuidaban muy bien, que habían nacido para eso. Que era su función en la vida. No se sabía porqué razón, decían que quizá genética, pero la realidad era, que los hombres no podían realizar esta función tan bien como ellas. Que esa era la razón por la cual eran ellas, las que estaban dotadas de la capacidad de tener hijos.

 

Ella escuchaba y miraba a su alrededor, sin entender nada. Ella sentía que no era diferente a su hermano. De él también se esperaba que se comportara de una forma determinada. Tenía que ser resolutivo, violento, contestón, agresivo, siempre tenía que demostrar rebeldía, seguridad en si mismo, determinación…

 

Por suerte creció, y se distanció de lo que le habían enseñado que se esperaba de ella. 

 

 

                                                   Fin  

 

 

 

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